TENDENCIA
TENDENCIA AZUL: EQUILIBRIO Y ELEGANCIA EN INTERIORES
Hay colores que se imponen y otros que se insinúan. El azul pertenece a estos últimos: llega como un suspiro, como una brisa que envuelve sin alzar la voz. En la decoración de interiores, el azul no solo pinta las paredes, sino que transforma los estados del alma. Es el color del descanso, de la profundidad y del horizonte, ese punto inalcanzable que invita siempre a mirar más allá.
En sus matices habita una geografía emocional. El azul marino aporta elegancia y sobriedad; es el eco de una noche que promete calma. El azul cielo, en cambio, es liviano y transparente, abre los espacios y deja entrar la luz, como si las paredes respiraran. El azul petróleo y el azul grisáceo dan un toque contemporáneo, sofisticado, perfecto para quienes buscan equilibrio entre modernidad y serenidad.

Pero el azul no vive solo en las paredes, habita también en la mueblería, los textiles y los pequeños detalles que completan un espacio. Un sofá azul profundo puede convertirse en el punto de anclaje visual de una sala, un refugio de suavidad y carácter. En cambio, una butaca en tono turquesa o índigo añade frescura, recordando la ligereza del agua y la libertad del aire.


Los textiles permiten jugar con la intensidad del color, creando capas de textura que invitan al tacto y al descanso. Un tapete azul con hilos plateados puede sugerir la quietud del océano; una colcha azul pastel puede envolver el sueño con serenidad.


Usar azul en una casa es más que una decisión estética: es una forma de narrar quietud. En una habitación, puede inducir al sueño; en una sala, al silencio compartido; en un estudio, a la concentración. Combinado con tonos neutros, crea ambientes suaves y luminosos. Pero junto a dorados, cobres o verdes oscuros, se vuelve teatral, casi majestuoso.
El azul también tiene memoria. Nos remite al mar, al cielo, a lo infinito. Su presencia convierte el hogar en un refugio donde las emociones fluyen sin desbordarse. Es un color que invita a respirar mas lento, a mirar con calma, a habitar el instante.
En tiempos donde el ruido visual domina, el azul es una pausa. Un recordatorio de que el silencio también puede ser hermoso.
















































































































































































































































