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Luz María Garibay Avitia

Luz María Garibay Avitia

​Soy Luz María Garibay Avitia, Contador Público como carrera de origen, especialista en impuestos, y con maestría en Administración Pública. Egresada de la Universidad Juárez del Estado de Durango, particularmente de la facultad de Economía, Contaduría  y Administración.

Actualmente, ¿a qué se dedica?

Soy Síndico Municipal, formo parte del Gobierno de este trienio (2016-2019), y como tal, tengo la responsabilidad sobre la vigilancia de la correcta prestación de los servicios públicos municipales, la promoción de la regulación de la propiedad de los bienes municipales e intervengo en la formulación y actualización del  inventario de los bienes muebles e inmuebles del municipio. Como presidente de la Comisión de Hacienda y Control del Patrimonio Municipal, soy responsable de vigilar el funcionamiento de la Dirección de Administración y Finanzas, entre otras. 


¿Cuál fue el proceso para adquirir semejante responsabilidad?

Para llegar tuve que vivir un periodo de campaña, fueron los 50 días más desgastantes físicamente de toda mi vida. Tenía que empezar mi día a las 5:30 de la mañana y lo terminábamos a la 1 de la mañana del siguiente día siempre caminando, y caminando, afortunadamente conseguimos la victoria, aterrizando en la sindicatura municipal. Pero llego sin experiencia en lo práctico, como maestra de posgrado en la FECA de la materia en donde se ve municipio, con todo el conocimiento teórico, los reglamentos, las leyes, todo el marco jurídico que contempla el municipio, pero nunca es lo mismo que aplicarlo y entonces, empiezo a conocer gente, empiezo a empaparme de los problemas, afortunadamente empiezo a darles solución. Eso es lo que nos ha permitido trabajar, transitar, fortalecer la oficina y el trabajo de la sindicatura municipal. Tengo un equipo que me respalda, me acompaña y me ayuda a resolver todos los problemas a los que nos enfrentamos todos los días.

Mi agradecimiento a todos y mi reconocimiento a su trabajo por siempre.

¿Quién estuvo anteriormente en su cargo? 

Particularmente en la Sindicatura Municipal, estuvo trabajando el ingeniero Juan Gamboa Garcia, un excelente catedrático, él tiene una amplia trayectoria profesional y laboral, lo cuento entre  los 10 mejores maestros que yo tuve en mi trayectoria académica.


Es usted admirable para muchas personas, ¿Hay alguien que guíe su vida?

Si pudiera hacer una clasificación de las personas que han sido ejemplo en mi vida mi familia estaría en primer lugar. 

Mi mamá es una mujer sumamente fuerte, quedó viuda a los 42 años. Era una persona que estaba acostumbrada a recibir todo lo que necesitaba de mi papá, lamentablemente el muere y ella se queda al cuidado de sus 7 hijos, todos en ese momento en la escuela. Mis 2  hermanos mayores en el primer semestre de Licenciatura, 3 en la preparatoria, mi hermana más pequeña en la primaria y yo en el primer año de secundaria, recién habíamos llegado del municipio de Santiago Papasquiaro, cuna que nos vió nacer. 


Mi padre como herencia nos dejó el aprendizaje del oficio de la fotografía, que había servido como medio de subsistencia, afortunadamente mi mamá y mis hermanos se pudieron hacer cargo del negocio. En el negocio nos fue muy bien, recuerdo que en los tiempos de ingreso a la escuela teníamos una fila que daba vuelta a la cuadra, esperando turno para tomarse particularmente en esa temporada del año fotos tamaño credencial e infantil. Logramos viajar mucho con mi mamá. Lamentablemente nos golpea la devaluación del 81, la terrible situación cuando el dólar superó el valor del peso que cayó en lo más bajo que podamos recordar, y todo el dinero que teníamos ahorrado se desvaneció. 


¿Qué consecuencia tuvo esta experiencia en su vida?

Fue una etapa muy difícil, debido a que estaba por terminar la preparatoria, y en este contexto fue que tomé la decisión de ser contador público, porque yo me lamentaba mucho, aunque fuera una jovencita  me decía “¿cómo no lo pude prever?”. No se tenía acceso a la información que ahora se tiene, prácticamente en todas partes. Entonces dije, “esto no nos vuelve a pasar”, debemos aprender de las experiencias.  

Hoy después de convertirnos todos en profesionistas además de hombres y mujeres responsables, podemos decir sin temor a equivocarnos que se lo debemos a ella a mi mamá mi mayor ejemplo de fortaleza.


Ninguno de mis hermanos, incluyendome pudo ser alumno de tiempo completo porque teníamos que acompañar a mamá en el negocio. De ellos aprendí el amor que mi padre profesaba; a través de ellos pude conocerlo y admirarlo  más.


En el ámbito laboral pudiera citar a muchísimas personas, pero quiero referirme a aquellas que tuvieron autoridad con respecto a mi, líderes que fueron ejemplo para lo que quería ser y de los cuales aprendí muchísimo. Siempre menciono al Contador Público y Maestro en Administración Rubén Solís Ríos, con quien pude trabajar alrededor de 12 años.  A él le debo mucho de lo que soy, me ayudó, entre otras formas, enviándome a capacitar para algo que me apasiona y ejercí durante mucho tiempo: la evaluación a nivel nacional de programas de calidad de áreas afines a la contaduría pública. 


He podido evaluar la calidad y la efectividad de la Administración, Mercadotecnia, Negocios Internacionales, y obviamente Contaduría Pública en casi todo el país. Esto es algo que me deja mucha satisfacción, pues aparte que me enseñó experiencias en prácticas exitosas de otras facultades, las pude traer a la FECA y sirvieron para que nosotros acreditáramos nuestros programas de estudio, también me relacionó a nivel nacional, debido a que me permitió conocer muchos lugares y gente. A través de la acreditación de los programas, puedo decir que nada más me falta conocer 4 estados (Tlaxcala, Chiapas, Tabasco y Veracruz), en todos los demás pudimos dejar la firma y obviamente la presencia de Durango. Recuerdo que el maestro Rubén Solís me decía: “qué bueno que te invitan, eso es una distinción para la Universidad Juárez y sobre todo para Durango”, es una satisfacción que me llevo y, como ya mencioné, se lo debo al Maestro Solís Ríos.

También puedo mencionar a quien fue mi último director con el que pude trabajar, el Doctor José Melchor Velázquez Reyes. Él es una persona muy metódica, de la cual se puede aprender muchas cosas. De él aprendí algo que no voy a olvidar nunca, siempre me decía: “maestra, antes tomar una decisión, verifique”, siempre se puede ratificar o rectificar, es algo que me ha ayudado mucho.


¿Cuál es la bateria de la Síndico Garibay?

Como Docente Universitaria creo que mi inspiración la obtengo cada cumpleaños y cada día del maestro. Es muy gratificante recibir muchísimos mensajes de parte de alumnos y egresados que ya son prestigiados profesionistas. Recuerdo con cariño a uno que tuvo la oportunidad de trabajar en el banco mundial, un día me manda un mensaje donde decía cuanto agradecía el conocimiento y aprendizaje que yo le había transmitido como parte de su formación y que ahora lo podía aplicar en el ejercicio profesional, en un lugar que no suponía, y que ni en sueños lo habría imaginado. Eso es sumamente halagador.


En mi actividad actual, es muy diferente, aquí el servicio es directamente hacia el ciudadano que puede tener cualquier tipo de problema, todos los días me levanto con la firme convicción de ayudar a quien lo necesite, para eso se me dio la oportunidad y no pienso desaprovecharla.


¿Cómo se percibe Luz María a sí misma?

Soy una idealista, una soñadora que quiere que todo funcione bien, que no exista todo lo malo que hay en el mundo, que no hubiese abuso a menores, trata de blancas, drogadicción y corrupción, pero sé que es complicado, sé que la vida misma es complicada, pero también sé que en lo personal hago todo los días lo que me toca y estoy haciendo bien las cosas.


Tengo una responsabilidad, soy el ejemplo para mis hijos y para mis alumnos, y como tal tengo que llegar temprano, entregar la encomienda cuando la tengo que entregar. El ser responsable es hacer las cosas bien y hacerlas a tiempo.


Soy feliz porque trato de vivir la vida todos los días con lo que Dios me permite, creo que, en el momento en el que estoy, no puedo aspirar a nada más. El tener a mis hijos conmigo, el tener una familia con mi esposo y el que mi madre este viva, tener un trabajo y tener tantos amigos ¿qué más puedo pedir?, estoy completa.


Aparte de su puesto actual, ¿a qué más se dedica?

Por los vaivenes de la vida acepté el riesgo, en un primer momento, de ser candidata y ahora Síndico Municipal, pero me he desempeñado la mayor parte de mi vida en la Universidad Juárez del Estado de Durango “Nuestra Máxima Casa de Estudios”. Soy académica, tengo la categoría de profesor de tiempo completo al que tuve que solicitar licencia cuando incursioné en esta experiencia que es la función pública. 


¿Cómo inicio su vida como profesora?

Eso me lo he cuestionado mucho, siempre tuve la ambición de ser contador público, mi casa paterna está justo a espaldas de la Facultad de Economía, Contaduría y Administración, y  cuando pasaba de camino a la secundaria siempre me decía que un día yo estaría ahí, dando clase, pero primero tendría que ser contador. Empecé dando clase en la preparatoria Diurna de todo lo que se puedan imaginar: cálculo mercantil, filosofía, matemáticas, problemas socioeconómicos de México, y ahí fui haciéndome de tablas. 


Admiro muchísimo a los docentes que son maestros, que se formaron para ser maestros, los que son egresados de una escuela formadora de docentes, por ejemplo la Benemérita y Centenaria Escuela Normal del Estado de Durango y otras que también forman docentes, pero los profesionistas los que por vocación lo somos, pero que elegimos compartir conocimientos con los alumnos creo que cumplimos dos roles. Sin duda influyó en mi deseo el recibir ejemplo de grandes maestros, recuerdo con cariño a la C.P. Pilar Alanis Quiñones, a la maestra Lupita Flores Bolivar, al C.P  Juan Francisco Salazar y al C.P Rubén Vargas Quiñones que me marcaron para querer ser contador público y además profesora.


Afortunadamente yo lo pude conseguir de una manera rápida: egresé en el año 1986, me titulé en el 88, y en el 91 ya estaba dando clase. 

 Acabo de cumplir 25 años frente a grupo, y después de este tiempo, no me puedo imaginar dejar de hacerlo es un compromiso que se siente hacia la institución que te formó, es sentirme viva con la energía que se obtiene cuando interactúas con los estudiantes, es una gran experiencia verlos crecer.


Un buen día, llego a la Facultad porque se abría la especialidad en impuestos, y entonces fui a buscar a un buen maestro para que me asesorara de cómo podía inscribirme. Él me dio la buena noticia de que mi lugar yo lo tenía garantizado por haber sido egresada de la FECA, y que aparte tenía un descuento del 30%, lo cual me encantó, y justo cuando salí de entrevistarme con él me topo al entonces director de la facultad que era el Licenciado Lerma, a quien le tengo un aprecio muy grande, y él me preguntó acerca de lo que estaba dedicándome. En ese momento tenía mi despacho contable, el cual formé un semestre antes de salir de la facultad, y adicionalmente era la Contadora General del Club de Raqueta Olympia. Ese día él me dice: “ayúdeme en las tardes, sea mi contadora interna”, en lo cual vi una gran oportunidad. Dicen que las oportunidades se aceptan en el momento que llegan, y como mujer de retos que soy, acepté. 


Me quedé con la Contraloría y ya no me salí de la FECA. La FECA fue envolviéndome en su trabajo, que es increíble. Pasé por la Contraloría y después me fui a atender un proyecto muy interesante, en el cual atendía a las personas que tienen dudas respecto a sus obligaciones fiscales; me mandaron a coordinar los cursos intersemestrales, y desde entonces ya no tengo vacaciones en verano ni en invierno. Posteriormente me mandaron a la Coordinación Administrativa de Posgrado, y mi último cargo directivo en la facultad fue de Secretaria Administrativa. 


¿Qué reflexión le deja su trayectoria profesional y personal?

Me preguntan reiteradamente si el hecho de ser mujer ha impedido mi crecimiento personal y profesional,  puedo contestar, que lo ha hecho más complicado posiblemente más tardado, pero es lo que resulta mucho más satisfactorio, siempre algo que te cuesta más trabajo lo disfrutas más. 


Un consejo a las mujeres es que  tenemos que vernos triunfadoras, aceptar retos y olvidarnos de miedos e inseguridades, tenemos capacidad e inteligencia para emprender cualquier proyecto, solo necesitamos tener la decisión de hacerlo.


El trabajo de todos los días es la búsqueda para ser mejores personas, no podemos exigirle a una sociedad actual el ser buenos profesionistas, si antes no somos mejores personas.