Obesidad Infantil
Las próximas generaciones de nuestro país están en riesgo, vivimos en un entorno obesogénico donde la globalización y el estilo de vida han llevado a una dieta incorrecta (ingesta de alimentos ricos en grasas y calorías y pobres en micronutrientes) y al sedentarismo (falta de actividad física) a tal grado de provocar un estado alarmante en cuanto a la salud de los niños.
De acuerdo a ENSANUT-2016 nos indica que 3 de cada 10 niños de 5-11 años presentan sobrepeso u obesidad, estos términos se definen como “una acumulación anormal o excesiva de grasa que supone un riesgo para la salud”. Entre los cuáles son: imagen corporal distorsionada, aislamiento social, presión psicológica, limitaciones físicas y lo más preocupante es que esto pueda continuar en la edad adulta y tenga efecto en la salud cardiovascular, dislipidemias, diabetes mellitus tipo 2 y ateroesclerosis temprana desencadenando un síndrome metabólico.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), los países de bajos y medianos ingresos son los que se enfrentan actualmente a este problema, especialmente los del medio urbano debido a una mayor influencia de la mercadotecnia y la tecnología.
La televisión mediante los comerciales promueven comida como botanas, pastelillos, galletas, bebidas con azúcar o refrescos, además, utilizan a sus personajes favoritos para venderles la idea. Otro factor clave es el exceso de tiempo frente a una pantalla (Tablet, computadora, videojuegos, celulares) incitando a una falta de actividad física, la OMS recomienda por día al menos 60 minutos de ejercicio apropiado a la edad y desarrollo del niño para obtener sus múltiples beneficios además de los relacionados con la salud ya que promueve la interacción social y el desarrollo de habilidades, mejor rendimiento escolar y bienestar psicológico. Esto es posible siempre y cuando los padres les otorguen la oportunidad y los medios, igualmente, apoyarlos sin controlarlos y ofrecerles autonomía sin abandonarlos.
Es por esto que la dinámica familiar es fundamental en estos casos ya que seguir patrones alimenticios y psicosociales depende 100% de los padres o tutores. La obesidad se relaciona a un tipo de disfunción familiar debido a que existe ineficiencia en los límites establecidos, al contrario, una crianza autoritativa se liga con un riesgo bajo de desarrollarla.
No caigamos en el mito de que un niño con exceso de peso es sinónimo de fuerte, lo que es más importante, es que el niño sea sano y feliz. Por lo que hay que dar una gran prioridad a la prevención de la obesidad infantil puesto que es responsabilidad de todos.
El gobierno de México ha implementado ciertas acciones como la regulación de la publicidad de alimentos para niños y la regulación del etiquetado frontal de alimentos. De igual manera, existe la semana Nacional de la Alimentación Escolar que se celebra el 15 y 16 de octubre, a fin de fomentar la nutrición saludable y estimular el ejercicio físico y la práctica del deporte.
De acuerdo a ENSANUT-2016 nos indica que 3 de cada 10 niños de 5-11 años presentan sobrepeso u obesidad, estos términos se definen como “una acumulación anormal o excesiva de grasa que supone un riesgo para la salud”. Entre los cuáles son: imagen corporal distorsionada, aislamiento social, presión psicológica, limitaciones físicas y lo más preocupante es que esto pueda continuar en la edad adulta y tenga efecto en la salud cardiovascular, dislipidemias, diabetes mellitus tipo 2 y ateroesclerosis temprana desencadenando un síndrome metabólico.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), los países de bajos y medianos ingresos son los que se enfrentan actualmente a este problema, especialmente los del medio urbano debido a una mayor influencia de la mercadotecnia y la tecnología.
La televisión mediante los comerciales promueven comida como botanas, pastelillos, galletas, bebidas con azúcar o refrescos, además, utilizan a sus personajes favoritos para venderles la idea. Otro factor clave es el exceso de tiempo frente a una pantalla (Tablet, computadora, videojuegos, celulares) incitando a una falta de actividad física, la OMS recomienda por día al menos 60 minutos de ejercicio apropiado a la edad y desarrollo del niño para obtener sus múltiples beneficios además de los relacionados con la salud ya que promueve la interacción social y el desarrollo de habilidades, mejor rendimiento escolar y bienestar psicológico. Esto es posible siempre y cuando los padres les otorguen la oportunidad y los medios, igualmente, apoyarlos sin controlarlos y ofrecerles autonomía sin abandonarlos.
Es por esto que la dinámica familiar es fundamental en estos casos ya que seguir patrones alimenticios y psicosociales depende 100% de los padres o tutores. La obesidad se relaciona a un tipo de disfunción familiar debido a que existe ineficiencia en los límites establecidos, al contrario, una crianza autoritativa se liga con un riesgo bajo de desarrollarla.
No caigamos en el mito de que un niño con exceso de peso es sinónimo de fuerte, lo que es más importante, es que el niño sea sano y feliz. Por lo que hay que dar una gran prioridad a la prevención de la obesidad infantil puesto que es responsabilidad de todos.
El gobierno de México ha implementado ciertas acciones como la regulación de la publicidad de alimentos para niños y la regulación del etiquetado frontal de alimentos. De igual manera, existe la semana Nacional de la Alimentación Escolar que se celebra el 15 y 16 de octubre, a fin de fomentar la nutrición saludable y estimular el ejercicio físico y la práctica del deporte.